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Un enfoque global y pragmático de las migraciones

Un enfoque global y pragmático de las migraciones

Europa se enfrenta a uno de los mayores desafíos migratorios desde la Segunda Guerra Mundial. Las causas son conocidas: evolución de los intereses geoestratégicos, conflictos armados, dictaduras, violaciones de los derechos humanos, mala gestión de los gobiernos, deterioro del medio ambiente, cambios climáticos y pobreza endémica. Las medidas adoptadas en los últimos años han tenido un carácter unilateral y los resultados han sido pocos y con un coste elevado. Se trata de medidas específicas que han mostrado que los efectos de la inmigración no se pueden tratar de forma aislada. El fenómeno migratorio necesita un enfoque global e integrado que haga frente a los desafíos explotando las ventajas de la inmigración. Es necesario integrar los niveles locales y regionales en el proceso de toma de decisiones. De hecho, las autoridades locales y regionales conocen de cerca los posibles problemas, las necesidades y la situación real del mercado laboral. Este conocimiento es un elemento clave para humanizar la política migratoria.

Este enfoque nuevo y global del PDE debe basarse en los siguientes puntos:

a) La gestión común de las fronteras exteriores:

Debemos reformar Schengen. El PDE apoya el establecimiento de normas comunes para los controles efectuados en las fronteras exteriores de la Unión y la aplicación de un sistema integrado para la vigilancia de estas fronteras. Los programas de investigación y rescate en alta mar y la lucha contra las redes criminales involucradas en la trata de seres humanos se deben llevar a cabo de forma coordinada; asimismo, se deben intensificar las acciones de Frontex a través de Eurosur (sistema europeo de vigilancia de las costas europeas) para permitir a los Estados miembros compartir imágenes y datos en tiempo real sobre la situación en las fronteras exteriores.

b) La cooperación con los países de origen y de paso

Es fundamental prevenir en origen para equilibrar la llegada masiva de inmigrantes a las costas europeas. Esta cooperación tiene que materializarse en distintos ámbitos para gestionar los flujos migratorios con el fin de garantizar la paz y la seguridad, promover la consolidación democrática y estimular el crecimiento económico más allá de la ayuda al desarrollo. El nuevo Programa Marco de Asociación en materia de Migración aprobado por la Unión en julio de 2016 fue evaluado favorablemente en septiembre de 2017, razón por la cual proponemos impulsar este programa, ampliar su implementación en los países prioritarios y expandirlo a un mayor número de países. Con respecto al despliegue de expertos en los países de origen y tránsito, la Unión mantiene misiones militares y civiles de formación y apoyo democrático en varios países que sería necesario ampliar e impulsar. Por último, apoyamos la sensibilización y la difusión de información precisa en los países de origen sobre los riesgos y costes de las travesías y las estancias irregulares en Europa, contando con los propios emigrantes que han vivido estas terribles experiencias.

c) La lucha contra el tráfico ilegal de inmigrantes

Aproximadamente el 90 % de los migrantes que alcanzan las costas europeas lo hacen a través de las mafias locales ligadas a las distintas organizaciones criminales del mundo implicadas en la trata de seres humanos, el tráfico de drogas o el blanqueo de dinero. Por lo tanto, es preciso adoptar un enfoque global, multidisciplinario y transfronterizo que refuerce la cooperación operativa para investigar, perseguir y sancionar estas actividades, vigilar sus flujos financieros y utilizar los avances tecnológicos para detectar el fraude en el ámbito de los documentos, intensificar los mecanismos previstos en el Plan de acción contra la trata de migrantes y en el marco de Eurojust sobre el tráfico ilegal de migrantes para identificar los obstáculos en materia de acción y cooperación judicial.

d) Promover políticas de retorno, readmisión y reintegración

Una política de retorno eficaz y centrada en los seres humanos es un elemento disuasorio clave frente a la inmigración irregular, tanto para los inmigrantes como para las mafias y las organizaciones criminales internacionales. Actualmente, la política de devolución no es completamente eficaz, y los traficantes lo saben. Por lo tanto, es necesario mejorar estos mecanismos, que los Estados miembros aplican de una manera muy desigual. Comencemos por intensificar la cooperación operativa y el intercambio de buenas prácticas entre los Estados miembros, las agencias de la Unión y los países de origen de los migrantes. Los Estados miembros deberían aprovechar al máximo el potencial de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas otorgándole el derecho a repatriar a los inmigrantes rescatados hacia puertos en países seguros, así como el del Fondo de Asilo, Migración e Integración para apoyar las actividades de retorno. Para ello, se deberían aumentar los recursos humanos de FRONTEX, ya que el objetivo de 10.000 efectivos en 2027 es demasiado lejano. Del mismo modo, es fundamental establecer una distinción jurídica clara entre las responsabilidades y los derechos de las ONG humanitarias, las agencias europeas y las autoridades de los Estados miembros.

e) La armonización del derecho de asilo

La crisis de los refugiados ha demostrado que el sistema actual no está adaptado a las necesidades. Los solicitantes de asilo no reciben un trato uniforme de un Estado miembro a otro. Esto fomenta los desplazamientos secundarios, el “asilo a demanda”, los abusos del sistema de asilo y la presentación de reclamaciones en varios países ya saturados por la presión migratoria actual, situación que ha llevado a algunos de ellos a restaurar controles en las fronteras internas. Es necesario revisar las reglas de asilo para garantizar que las responsabilidades se comparten y que ningún país sufre más presiones migratorias para ofrecer mejores condiciones. La reforma favorecería un sistema de asilo más eficaz que permitiría luchar mejor contra los abusos. La revisión del sistema debería permitir una mayor homogeneidad en los procedimientos de asilo, en las condiciones de obtención de protección internacional y en las condiciones de acogida. La reforma del reglamento de Dublín, elemento clave del sistema de asilo común, debe llevarse a buen término ya que determina qué país es responsable.